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Éste sí es el famoso banco |
Por una verdadera casualidad, a los pocos días de publicar “El banco más... romántico”, me coincidió pasar por cerca de los acantilados de Loiba y, lógicamente, tuve la tentación de visitar el famoso “banco mejor del mundo” y los paisajes prodigiosos que desde él se divisan.
Tuve suerte y no encontré casi turistas. Y cuando me quedé solo totalmente, quise hacerme una foto, pero de espaldas a la cámara, mirando el paisaje, como es natural.
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Es un tramo de costa de increíble belleza. |
El escenario es prodigioso, hay que reconocerlo, pero se suele enfocar la vista hacia cabo Ortegal y los Aguillons, con su puesta de sol, todo lo cual es muy fotogénico, que duda cabe, pero en cambio no se aprecia demasiado, creo yo, el otro paisaje que se ve especialmente a nuestra izquierda, y que parece sacado de una película de “Parque Jurásico”.
Son los famosos acantilados, que levantan sus paredes sobre playas salvajes a más no poder, hermosísimas y supongo que casi vírgenes. Se diría que, de un momento a otro, vas a divisar un tiranossauro rex u otro animal por el estilo, corriendo por la arena impoluta que, cada día, el océano lava dos veces.
En resumen, al igual que la Playa de As Catedrais, éste es un lugar con un atractivo muy singular y que merece la pena el meterse por unas pistas infames, para llegar a él. Aunque la alternativa a llegar en coche es un paseo de dos kilómetros desde la carretera general, y creo que, sin prisa, es la mejor opción para experimentar las sensaciones que tan sorprendente paisaje este lugar te ofrece.
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El bosque por el que atraviesas para llegar también contribuye a dar esta sensación de paisaje del terciario |
Hola Carlos,
ResponderEliminarPues precisamente mi comentario iba por ahí, la sensación que me provocan esas maravillosas vistas son precisamente las que mencionas, esa sensación de retroceder en el tiempo. La ausencia de referentes temporales o edificaciones que delaten la fecha permiten soñar por un momento. Hay otra imagen que me viene a la cabeza y es la presencia de un velero, como esas estupendas fotos que Jesús acostumbra a poner en su blog, hace que nos imaginemos por un momento que nos encontramos siglos atrás.
Nunca he visitado ese lugar, pero desde luego que me lo anoto.
Un saludo!