Ha vuelto el frío esta mañana. Y también el viento mareiro implacable, que sopla sin piedad sobre los que intentamos, poco a poco, demasiado poco a poco, ir llenando aquellas bolsas con infinitos pedazos de plástico, una realidad abrumadora e inabarcable hasta la demencia.
Sujeto con ansiedad la maldita bolsa de plástico, que se retuerce y resiste a dejarse llenar de los perversos trozos de ese material que, a pesar de existir tan solo desde hace unas décadas, se han multiplicado en nuestro planeta de manera imparable, y del que miles y miles de millones de sus especímenes han escogido nuestros arenales para invadirlos despiadadamente. Espacios que, después de haber sido vírgenes durante cientos de miles de años, de pronto, tienen que compartir su mundo con un extraño invasor alienígena de infinitas formas y colores, y que ya forman irremediablemente parte de un territorio que nunca les perteneció. Y no hablemos del océano.
Este ejército ha viajado por el espacio inmenso del mar hasta llegar a esta playa, para allí colonizarla de tal forma que ya se antoja imposible reconquistar el mundo perdido. Era un largo viaje, pero lo ha hecho con paciencia infinita y con enorme determinación, tal como lo haría un invasor poderosísimo y dispuesto a ocupar otros mundos, inocentes e incapaces de rechazar tan malvada conquista.
Miro con angustia como la delicada superficie de las dunas está plagada de pedazos del maldito plástico, en donde ya se ha instalado con tal astucia que resulta casi imposible distinguirlo para condenarlo a la prisión que se merece, o sea la bolsa que como arcaico armamento esgrimo con desesperación, tal como aquellos arcos y flechas que enarbolaban con igual desesperación los indígenas ante la llegada de las espadas, o de las ametralladoras después, que ambicionaban hacerse con su mundo.
Intento engañarme y cojo un trozo aquí, otro allá, y me creo que alivio la presión insoportable del maldito plástico, pero cuando llego a la “sopa”, y soy incapaz de abarcarla porque se me escurre entre los dedos sin poder evitarlo, me doy cuenta de la fuerza real del enemigo, y de que es mucho más poderoso de lo que estimábamos.
Víctimas "colaterales" |
Camino indeciso y desorientado sin saber por dónde seguir, adonde miro todo está igual, intento valorar en dónde mi penosa y humilde tarea será más beneficiosa, pero pronto me doy cuenta de que es indiferente, de que nunca voy a ser capaz de culminar la tarea emprendida con un optimismo excesivamente ingenuo.
Santi, Vicente y Lorenzo, después de la batalla. El descanso del guerrero. |
Esta imagen es reveladora. El corcho blanco está picoteado por las aves, que ingieren los granitos de poliestireno. Una manera más de incorporarse la química a la cadena trófica. |
Pero, ¿y si ella llega a saber que -sorprendentemente- detrás de esos ejércitos invasores está nuestra propia mano?
Que tal Carlos!
ResponderEliminarDesde luego que la cantidad de residuos era tremenda. No cabe duda de que habeis hecho un estupendo trabajo.
Un saludo!
La cantidad ES tremenda, y aunque se trabajó como nunca en estas limpiezas, casi ni se nota.
EliminarLo que intentamos es llamar la atención sobre el problema.
Saludos
Hola Carlos,
ResponderEliminarte leo y me veo reflejado en tu impotencia. Es demasiado serio lo que esta pasando, pero lo mas serio de todo es que la mayoría de la gente ni siquiera se de cuenta. Añadiendo un pequeño grano a esta lucha contra un enemigo invencible he creado una iniciativa que se llama Surf ANd Clean. Con ella busco colaborar con toda la gente que como tu, esta alerta sobre este problema y con todas las asociaciones, ayuntamientos...etc que pueda.
El mensaje que quiero transmitir es sencillo:
"Cada vez que vayas a surfear recoge algo de la playa".
Pienso que intentar concienciar a los surfistas será mas fácil, dado que cada dia vemos como el mar esta mas lleno de plásticos. Se trata de lanzar todos juntos el mismo mensaje...pero como hay mas de 50 millones de personas en la península ibérica hay que empezar por alguna parte...yo he elegido esta. Quería pedirte que colaborases con nosotros, por ejemplo escribiendo un artículo ayudándonos a lanzar este mensaje.
Yo por mi parte voy a publicar con tu permiso este post en el grupo de facebook...y a suscribirme a tu blog.
Un saludo,
dAvid
Por supuesto que en todo lo que pueda colaborar, en la medida de mis posibilidades, encantando. Porque, efectivamente, como siempre las iniciativas van a ser individuales, o de pequeños colectivos. Pero la trascendencia del problema es increiblemente seria. Y cuanto más ruido se haga, de una forma sensata e inteligente, más iremos consiguiendo que haya una conciencia de la magnitud del problema. Te ruego me pases algún dato más sobre lo que me pides y una dir de correo. Y claro que puedes hacer esa publicación y encantado de recibirte como suscriptor del blog.
Eliminar