Foto Jesús Busto |
Nunca me gustó hacer surf de
madrugada, en las primeras horas de la mañana. Prefiero el mediodía,
el sol en lo más alto, como para hacerme la ilusión de que estoy en
una latitud más al sur. Tonterías, ya lo sé, pero los humanos
vivimos mucho de ilusiones.
Pero esta mañana me levanto a las
6,30 con un propósito. Voy a buscar el longboard que me ha prestado
un gran amigo, Edu. Él trabaja y no puede ir. No te preocupes, yo lo
haré cabalgar.
Cuando llego al Pedrido ya es de día,
los de la organización se han tomado la responsabilidad seriamente,
han trabajado desde antes del amanecer y ya hay varias carpas, y unas
simpáticas chicas que reciben a los que vamos llegando. La megafonía
nos informa de las novedades, y veo que una zodiac nos va a dar
seguridad. El Concello de Bergondo también ha asumido que esta
iniciativa es magnífica. ¿Quién le iba a decir a sus munícipes
que Bergondo llegaría a tener su propio campeonato de surf?
INCREIBLE, pero cierto, ahí lo tenemos, tercera edición. Como si
fuera el propio Valdoviño. Ayer me decía un amigo que veraneó
muchos años en el Pedrido. ¿Pero ahí hay olas? Pues claro que sí.
Y magníficas. Como para un reportaje en el Surfer Magazine.
Primera e inevitable mirada. ¿Hoy
habrá olas? El mar, afuera, no es muy grande. Creo que es Yago el
que me tranquiliza: “Está bien, es suficiente para que nos
divirtamos. Al subir la marea se pondrá mejor”
Poco después llega Vicente, menos
mal, ya no soy el único veterano. Me encanta verle con ilusión,
como un chaval. Pero me advierte: “¡ A las seis salgo pitando, no
me pierdo la final del Pipeline Masters por nada del mundo!” Por
supuesto Vicente, y yo también. Hoy es un día pleno de surf. Ya va
siendo hora de que podamos disfrutar de lo que nos gusta sin
restricciones horarias ni de ningún otro tipo. Tanto hemos
desenchufado que ya hemos tirado el enchufe al mar. ¡Nos lo
merecemos! Y que organicen otros. Sobre todo si lo hacen bien, y esta
gente creo que tienen madera de organizadores. Su primera
convocatoria data del 2010. En esta edición han conseguido un montón
de participantes, sin olvidar que hablamos de longboards. Hace veinte
años se contaban en Galicia con los dedos de las manos. Hoy
sorprende ver como acuden a este festival casi un centenar. Y los que
no pudieron venir.
Los tabloneros son ya una tribu
aparte. Hace años, como dije, su presencia en los picos era
simbólica, para recordarnos que hubo un tiempo en que todas las
tablas eran así. Pero el tablón, longboard o longueirón (como
queráis) es como el rock: NUNCA MUERE.
Es algo especial. Es un deslizamiento
puro y relajante, en el que parece que todo va a cámara lenta, para
un mayor placer.
Pero volvamos a la acción. El altavoz
anuncia la partida al pico, y todos bajamos a la arena, en donde nos
hacemos esa foto tan espectacular. No estamos todos en ella, y hoy,
viéndola, he contado 81 tablas. ¡Impresionante! En la del año
pasado cuento solo cincuenta y cinco. Y en el 2010 se pueden ver en
la clásica foto 29 tablones.
Comenzamos el viaje al pico, largo y
con calma. Es sorprendente ver en medio de la ría un montón de
gente caminando, empujando su tabla. Inevitable recordar a Moisés y
los israelitas atravesando el Mar Rojo, pero sin Faraón, claro. De
buen rollo, la tribu de surfistas.
El primer año se entró al agua desde
la playa que hay debajo del puente y hubo algunos que sufrieron mucho
para llegar. Ahora, desde aquí es más sencillo.
Tras recorrer unos 500 metros, vamos
llegando a la zona de comienzo de las rompientes. Las olas, que
parecían pequeñas, no lo son tanto y son ideales para el longboard.
Enseguida me doy cuenta de algo
importante: estas olas solo valen para el tablón, aunque es posible
que en días extremos sean más radicales. Pero hoy es un día normal
de olas aquí. Hay muchos durante el año como éste.
Me sorprende mirar a mi alrededor.
Parece imposible que, en donde estamos, se pueda surfear. No se ve el
océano por ningún lado. Alguien que no conozca esta ría y nos vea
en una fotografía, cogiendo unas estupendas olas de medio metro con
una preciosa pared, y rodeados de costas por todas partes, quedaría
alucinado. ¿De dónde salen esas olas? Galicia, que es diferente,
sería la respuesta.
Surfear esta ola tan singular es una
experiencia que ningún surfista debería perderse, alguna vez en su
vida. Yo, felizmente, ya la he vivido, y os aseguro que es única.
Olas largas, de paredes lisas que nos invitan a surfearlas.
Durante una hora, hacia la media
marea, hay un momento mágico, cuando las olas comienzan a dar una
caña inesperada, con paredes verticales en las que los tablones
alcanzan velocidades endiabladas.
Yo me imagino un día con seis metros
fuera -por ejemplo-, un buen off shore y la mañana soleada: tiene
que ser un paraíso. Y lo mejor de todo, ¡CABEMOS CIENTOS DE
SURFISTAS A LA VEZ!
El ambiente es genial, es una sesión
como en los viejos tiempos, nadie pretende las olas solo para él, se
comparten, se regalan, yo salto algunas y nadie me grita reclamando
la posesión, es más, me animan desde atrás para que la surfee.
¡Increíble! Esto no me pasaba desde los setenta, por lo menos.
Para mi sorpresa, van pasando las
horas y a pesar de la temperatura del agua, de que es 13 de
diciembre, y de las tremendas remadas de retorno al pico, dan las
doceee, la unaaaa, las doooooos... y seguimos en el agua. Cuando
llevamos ¡casi cuatro horas! el núcleo duro empieza a retornar a la
playita. Parece que nos hemos cansado todos al mismo tiempo, o será
que es la hora de comer, quizás. Yo hubiera seguido, pero ya empiezo
a notar que cuando cojo una ola, casi ya no soy capaz de ponerme de
pié.
Lo que más he disfrutado es de lo
relajante que ha sido el baño, del ambiente de camaradería que ya
sabía que existía entre estos surfistas, que no son como el común
de los surfers, con todos los respetos. Es posiblemente una
característica de los longboarders, compartir las olas, el placer de
deslizarte sobre ellas como si volaras, retornar al pico y
encontrarte caras amigas que notas que se alegran de verte de nuevo
arriba, y recibir, además,felicitaciones por la ola que te cuentan
que te han visto surfear “con magnífico estilo” . Y yo que creía
que todo eso ya había desaparecido... Salgo extenuado y cuando subo
al prado veo a Vicente que viene aún remando, me parece que aún más
hecho polvo que yo, ja, ja. Luego me dirá: “¡Qué maravilla,
todavía soy capaz de aguantar más de tres horas en el agua, que
bien me encuentro, cansado pero muy satisfecho” Pues claro Vicente,
¿por qué no?
Vamos a tomarnos una rica comida
debajo del puente y a contar nuestras experiencias de hoy. Y luego
volvemos pronto a casa para ver casi siete horas de surf alucinante,
pleno de momentos de gran emoción, en donde Mick Fanning, en los
últimos treinta segundos, consigue lo que parecía imposible, y se
proclama campeón del mundo. Y la verdad es que se lo merecía, ha
hecho una temporada muy buena, mucho mejor que la pasada, y este año
era de justicia que se alzase con la corona del mundial. Y Kelly,
tendrá que esperar un año más a retirarse. ¿O no?
Cuando vuelvo a casa el sol se está
poniendo y, de pronto, unos reflejos rojizos impresionantemente
bellos llenan el cielo. Van cambiando de tonalidad minuto a minuto
hasta que la Naturaleza apaga la luz y se despide hasta mañana.
Gracias chicos, gracias miembros de
“Galegos asociados polo longboard”, por la magnífica idea que
habéis tenido, por favor seguid adelante y mantened el espíritu
inicial. Las organizaciones cada año se pueden y se suelen mejorar,
pero algo es muy cierto, el espíritu, la ilusión, las ganas con que
se inician nunca se van a superar. Por eso es muy importante
conservar la filosofía inicial ante todo.
Lo habéis hecho estupendamente,
podéis añadir detalles que mejoren la fiesta, pero lo
verdaderamente importante, la esencia, creo que la tenéis desde el
primer día. NO LA PERDÁIS.
Un abrazo y gracias otra vez, porque si
no fuera por vosotros, nunca hubiese disfrutado de esta ola como lo
hice el sábado. Y espero, el año que viene, estar en ONDALONGA
2014.
Fotos: Foto de familia tablonera en la playa, Jesús Busto. Restantes, del autor, con un humilde teléfono móvil.
Gracias por compartir este dia con nosotros .
ResponderEliminarUn saludo
Román, encantado de haber estado, fue una experiencia importante
EliminarSaludos
Que tal Carlos!
ResponderEliminarHe pasado un buen rato con tu cronica. Desde luego todo lo que describes es impagable, la ilusión, la camaraderia, el buen rollo en el agua y las ganas de pasarlo bien, eso es fantastico. Solo espero y deseo poder estar ahi en el 2014.
Celebro que lo disfrutases, un abrazo!
Bastante gente se ha quedado sin venir. Pero si viene todo el mundo, ¡no cabemos en el agua, ja, ja!
EliminarUn abrazo
Muy buenas Carlos y muchísimas gracias por tus palabras !!! Tenemos muy claro que esperamos del festival y cual es su filosofía, tan sencillo como lo que viviste el sábado(disfrutar del longboard, en un entorno y con unas olas mágicas y rodeados de gente con la mismas ganas)me niego a que eso cambie, y creo que por las características del lugar y de la convocatoria esa filosofía nunca cambiará.
ResponderEliminarPara nosotros ha sido un gran placer contar contigo y con Vicente entré los participantes y nos alegra mucho saber qué disfrutasteis del evento.
Saludos, muchas gracias otra vez y buenas olas !!!
Estoy de acuerdo contigo. Es un buen planteamiento. Cierto es que, sin duda, se os ocurrirán ideas y detalles que añadir y mejorar, pero sin cambiar la filosofía, que es el eje del festival.
ResponderEliminarGracias a vosotros por vuestra cogida y vuestras palabras.
Nos veremos por esas playas dentro de poco, seguramente.
Un abrazo