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14 de junio de 2013

Adivinando las olas como en los viejos tiempos


Foto misiglo.wordpress.com
           Hoy ha sido uno de esos días en los que, de pronto, te das cuenta de que antes que nada eres surfista, que ahí cerca está la playa, con unas buenas olas, sol, brisa suave, la arena caliente, y de inmediato te preguntas ¿qué esperas para coger tu tabla e irte a la playa? No lo dudo, saco la tabla y la dejo ya cerca de la puerta de la calle.
            Pero antes me acerco a la ventana porque se me acaba de ocurrir una idea un tanto peregrina. ¿Seré capaz de adivinar cómo están las olas, por las señales que, cuando no había ni Internet, ni cámaras web, ni windguru, nos daban una idea aproximada? Voy a probar. Pero, ¿me acordaré? Porque, en los tiempos actuales, es tan sencillo saber de inmediato qué viento hay, con qué fuerza, qué tamaño de ola, su dirección y período…Se ha perdido el encanto de averiguarlo con tus propios conocimientos del mar, de las nubes, la dirección de la que viene el viento, y otros indicios a veces muy curiosos y singulares.


            Lo primero, mirar al cielo. ¿De dónde vienen las nubes? Veo correr unas cuantas, claramente, que vienen del suroeste. Son de un blanco normalito, poco espesas y no muy abundantes. Pero, de pronto, me quedo perplejo, porque veo otras que por encima de las anteriores se mueven lentamente del este-sureste al noroeste, o sea, hacia el mar. Desde mi ventana se ve la superficie de la ría, y en ella adivino como una brisa, más o menos del norte, riela la superficie suavemente. Bajo enseguida a la calle a comprobarlo y, ¡no puede ser! Al mirar en dirección norte noto, efectivamente, una suave frescura que me sopla en la cara. ¡Esto es para volverse locos, tres direcciones de viento!
            Bueno, la verdad es que hoy se daban unas circunstancias un tanto especiales. Pero, ¿qué viento era el importante? Sin duda el de superficie, y éste era el que me había dado en el rostro. Brisa del norte.


            Subí de nuevo y abrí el periódico en la página en la que se ve el mapa de isobaras y la foto de sátelite, y me dio una posible explicación. Por un lado, un centro de bajas presiones cerca de nuestras costas nos enviaba vientos del oeste-suroeste, todo lo cual se veía en la foto, en la que una masa de nubes flotaba sobre el atlántico y que nos hacía llegar ese aire del suroeste, húmedo y fresquito. Pero, en las fechas en las que estamos, sobre el mediodía sube la temperatura diurna y comienza a fluir el viento típico de la comarca, especialmente en verano: el nordés, ó nordeste. Como fruto de la interacción, del encuentro de ambos, se produce otro flujo de aire, más a ras de superficie, que viene a ser una componente de los anteriores y seguramente del tipo de las brisas térmicas tan típicas en verano, cuando el nordés no es muy fuerte. Y ese viento en definitiva viene del mar, simplemente, o sea del norte-noroeste.
            Consecuencia de todo lo anterior, supe que habría olas desordenadas, con períodos tirando a cortos (o como decíamos antes, demasiado seguidas para ser de calidad) y peinadas al revés, desde el mar.
            Total, que subí a casa, guardé de nuevo la tabla, y me dispuse a ver el telediario cómodamente en el sofá.  

4 comentarios:

  1. No te quedes hoy viendo el telediario Carlos.......
    La cosa ha cambiado.
    Mar ordenado y sin viento periodo entre olas mas largo y las olas con menos de la mitad de tamaño.
    Lo presiento por las nubes el aire y.......porque lo veo atraves de mi ventana.

    Saludos y felicidades por el blog

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    1. Tomo nota y procedo en consecuencia, ja, ja.
      Y muchas gracias por tu felicitación.
      Un abrazo

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    2. Que tal Carlos!
      Me ha encantado la explicación, yo soy incapaz de leer las señales de la naturaleza...jeje Ayer por aqui la cosa estaba algo desordenada, pero salio un baño chulo.
      Al ver la sección meteorologica de La Voz de Galicia me estaba acordando de algo que lei ayer, fue lo del concurso del Audi. No se si lo leiste pero me parecio la mar de entrañable lo de Americo con sus 88 años. Cuando mencionaba lo de su viejo Renault 9 y como el mismo hacia los cambios de aceite y demas pensaba en lo complicado y a veces imposible que resulta en los coches actuales realizar cualquier cosa, vamos, que para cambiar una bombilla tienes que ir al concesionario...
      Pues nada Carlos, como siempre un gustazo el leerte, que tengais un buen finde, saludos!

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  2. No había leído la entrevista al ganador del coche. Efectivamente es un personaje curioso, me hace gracia cuando dice, al subirse al coche: "Empeza a boa vida". También me hizo gracia que cuando supe a quién le había tocado yo pensé: seguro que se lo regala a un hijo. Y mi sorpresa fue que se lo quedó él, ja, ja.
    Pero ha sido entrañable, porque el hombre ya llevaba 28 años con su renault 9, y se alegró de poder cambiarlo, gratis, claro.
    Saludos y buenas olas (si las hay, claro)

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